Estoy en desacuerdo con ponderar capítulos de la vida personal de los artistas a la hora de evaluar su trabajo con fines estrictos de premiación y reconocimiento en sus áreas.
A menos, naturalmente, que de lo que se trate sea de dimensionar el papel de las figuras del arte como entes ciudadanos o por su contribución a causas altruistas.
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Una cosa es que los colombianos Shakira y Juanes obtengan las grandes premiaciones internacionales que ya se han adjudicado por su trabajo musical, y otra que se les galardone, como también ha sido al efecto, por su labor social en pro de la paz, la infancia desvalida y otras causas nobles.
En Dominicana, varios de nuestros exponentes desarrollan importantes tareas de asistencia a través de fundaciones y patronatos que han creado e impulsan.
Figuras de trascendencia contribuyen en el rescate a niños en situación de pobreza, dotación de prótesis a impedidos, distribución de alimentos, lucha contra el cáncer, diabetes y cardiopatías infantiles.
Todo eso esta muy bien, pero no implica que si se remueven los altares muchos de esos santos se libren de precipitarse a tierra desde los altares.
Si se revisan los archivos periodísticos y se apela a la “memoria histórica” de la farándula, encontraremos numerosos casos que vinculan a importantes artistas en la comisión de hechos vergonzosos.
Humoristas, locutores y merengueros a quienes se les sindican abusos sexuales a menores o golpizas y maltrato verbal a sus parejas, sin que necesariamente esos hechos hayan sido probados en los tribunales.
Es más, se ha probado que una importante proporción de casos infamantes tuvieron como motivación el deseo de perjudicar la carrera de un artista u obtener beneficios a su costa.
También se registran querellas de damas contra productores de televisión y directores de orquestas en torno a presuntos acosos y chantajes sexuales sobre la base de garantizarles oportunidades en la televisión o la música.
Los anales de la escena nacional guardan casos de asesinatos cometidos por prestantes nombres del arte y la comunicación, quienes después de ser procesados e incluso condenados no tuvieron dificultades en reinsertarse en el medio, algunos de los cuales ya han fallecido rodeados de las mas santa paz.
En medio de esta vorágine en contra de Omega, artista que surge de los estratos sociales mas bajos, prevalece la realidad de que figuras internacionales protagonistas de graves episodios de violencia intrafamiliar serían galardonadas aquí sin encontrar oposición.
Es indiscutible, además, que quienes sustentan la flamante campaña moralista y feminista no se atreverían a adelantar acciones contra ninguna de las vacas sagradas del arte y la comunicación en el país, en caso de que se les endilgaran iguales o peores acciones que a Omega.
Lo que pasa es que de la manera que se viene ejecutando, es muy fácil encarnar una campaña dizque en defensa del sector femenino, pero que en el fondo lo que trata es de ganar un capital político sustancial al menor costo posible
CARTA A MARIVELL CONTRERAS,
PRESIDENTA DE ACROARTE
Distiguida Dama:
Ya que usted está recibiendo cartas para que no le entregue el premio a Omega, como merenguero de calle en los premios Casandra, la mía va dirigida a usted para pedirle que sí se lo entregue.
Las feministas y la señora diputada Tavárez Mirabal están en todo su derecho a defender los derechos de la mujer, pero también los que no tenemos apellido, ni un cargo, los que consumimos los productos populares como la bachata, el merengue de calle, la música típica y otros géneros y pagamos una boleta para ver esos artistas que interpretan dichos géneros, tenemos el derecho a exigir que se premie lo que consideramos es lo más popular en este momento.
Omega es un producto de ese populacho de barrio, donde ni la señora diputada ni esas feministas van, excepto en tiempo de campaña.
Los asuntos del país merecen lo mejor del tiempo de nuestra querida diputada, en vez de estar pendiente a asuntos faranduleros.
A nuestra querida diputada debería preocuparle más como crear nuevas leyes para frenar esos salarios exorbitantes que muchos servidores públicos se dan indiscriminadamente. Eso si es una golpiza sicológica al pueblo dominicano.
El caso de Omega es un asunto personal, entre él , su pareja y la justicia si es acusado formalmente.Y eso que sucede con él no solo ocurre con la gente pobre. Pasa entre gente de un extracto social más elevado.
Lo que sucede es que a nadie con un apellido rimbombante lo van a acusar públicamente.
Ahora yo le voy a preguntar a la distinguida presidenta de Acroarte si no es tan mal ejemplo golpear a una mujer, el consumir drogas, el alcoholismo, los artistas que se acuestan con menores de edad de ambos sexos. Acaso todo eso no es mas aberrante también?.
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No estoy de acuerdo con la presión que se le está montado a Omega, aunque no estoy ni estaré de acuerdo con que ninguna mujer sea maltratada.
Respeto a Omega como artista, porque él es un fenómeno de popularidad, pero su vida personal no puede afectar su trabajo artístico.
Usted como representante de Acroarte, tiene que demostrarnos a nosotros , el público general, que usted no se puede dejar influenciar por nadie y que ese premio es de los dominicanos, no de una élite que ni escucha música popular, ni la baila, ni la hace parte de su vida como la gente de discotecas y colmadones.
Ahora, si por el contrario no le dan el premio por las razones expuestas por las feministas y la señora diputada, entonces vamos a sacar a todo el que sea drogadicto, alcohólico y violador de menores, para ver cuantas personas van a quedar entre invitados y nominados.
Atentamente,